La Peñaza es un jardín aislado como un oasis en el árido terreno aragonés. Describir la sensación al llegar a La Peñaza por primera vez es imposible. Al entorno de La Peñaza llegarás por una carretera rodeada de tierra árida y seca, sin apenas verde más allá de matorrales y monte bajo.

En un día despejado, adivinarás el Moncayo en la lejanía. Pero todo en torno a ti será ocre. Y al coger el desvío, de pronto, sin tiempo a darte cuenta, te rodearán los árboles de La Peñaza. Vegetación que, mimada y cuidada por nuestro equipo, lleva más de 50 años imponiéndose al entorno que le rodea. Cuando sopla el viento propio de la región, el cierzo, el campo se convierte en un recorrido nuevo. Jugar con o sin viento en La Peñaza es jugar dos campos completamente diferentes.